miércoles, 6 de julio de 2011

El Cuervo en la Mitologia Griega - La historia secundaria en el mito de Corónide

Un mito griego nos explica cabalmente por qué los cuervos son negros y por qué tienen cierta querencia por apoderarse de los ojos ajenos… Por lo visto, al principio los cuervos eran blancos como la nieve. Pero ocurrió que una de esas aves inmaculadas le servía a Apolo para labores de espionaje. Por aquellos tiempos, Apolo estaba enamoradísimo de Corónide, la hija de Flegias. Pero Corónide, sentía, desde mucho tiempo atrás, una turbulenta pasión por Isquis. Cierto día, Apolo se marchó a Delfos para uno de sus asuntos (a un recado, como diría mi madre), y en su ausencia, Corónide, pese a llevar ya un hijo del dios en su vientre (Asclepios), admitió en su lecho a Isquis. Ahora bien, Apolo había tenido la precaución de dejar a un cuervo como vigilante de los movimientos de Corónide, de quien ya sospechaba. A los dioses no es fácil engañarlos.
El cuervo contempló asombrado la traición de Corónide y a continuación voló raudo a Delfos, para informar a Apolo. Este enfureció y lo pagó con el pobre pajarraco, a quien además recriminó por no haberle sacado los ojos in situ a Isquis. Le lanzó el arpa y el pectro. Y porque no tenía otra cosa a mano… Esa ira del dios fue la que ennegreció para siempre la piel del cuervo y la de toda su estirpe, que, además, a partir de ese momento se especializó en el triste arte de sacar los ojos a diferentes animales, tal vez para evitar nuevos castigos divinos. Un arte que dio lugar a la expresión “cría cuervos…”

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